El movimiento estudiantil ha sido protagonista de diversas acciones contundentes en varias oportunidades en el país. Jóvenes con sueños e ideales han caminado por todas las calles de Venezuela con las manos pintadas de blanco con el firme propósito de protestar por los desmanes del gobierno actual.
Ya unos son profesionales, otros los sustituyen para seguir la lucha. Algunos de ellos han estado presos, sin embargo esto no los ha amilanado y han continuado allí; no se callan, son irreverentes y no tienen miedo. Y así llegaron a la huelga de hambre, sabían las secuelas que esto les traería, pero no les importó, valientes y aguerridos dieron una gran lección, no se rindieron y lograron el objetivo y demostraron que con empeño y espíritu de lucha si se puede.
En muchas oportunidades se sintieron solos, a la sede de la OEA, se acercaba más la gente para respaldarlos que el la Redoma de Guaparo. Allí tocaban cornetas y les gritaban ¡sigan adelante!, como si sólo ellos tienen la responsabilidad de generar los cambios que nuestra patria necesita.
Es necesario recordar que la mayoría de estos muchachos cuando Chávez asumió el poder tenían 8, 10 ó 12 años y han crecido con este régimen y aún esperan que se sumen a la lucha no sólo otros estudiantes, sino aquellos que deseen una Venezuela diferente.
El movimiento estudiantil demostró que si se puede vencer el miedo pero ¿qué vendrá ahora? ¿qué piensas hacer tú? Vas a seguir en tu casa viendo Globovisión o alimentando el síndrome de la quejadera? ¿Te duele o no tu país? Si piensas que con el corneteo vas a generar cambios, creo que te rendiste y el temor y la indiferencia llegaron a tu vida o simplemente decidiste ser cómplice de lo que sucede, así de sencillo. Estoy cien por ciento segura que el movimiento estudiantil seguirá en la calle ¿hasta cuándo? Por ahora no hay respuesta.
Hay que ayudarlos a que se fortalezcan, para que sigan con la llama encendida y con la voz recia y firme gritando ¡estudiantes! El gobierno con su absurda represión y su gas del bueno no los asusta, todo lo contrario se crecen.
Sí se puede rugir como los vientos, sí se puede tener un país diferente, sí se puede gritar al mundo que no aceptamos el Socialismo del siglo XXI. Viva el movimiento estudiantil…Ahora es que hay ganas…Ya no hay miedo.
martes, 6 de octubre de 2009
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